Cuando un niño reprime su naturaleza, ya sea debido a que no es aceptado, protegido y / o amado; o simplemente porque se le educa para sobrevivir y destacar en nuestro competitivo mundo, ese niño esconde, olvida, e incluso llega a rechazar en la edad adulta, su natural sensibilidad. Pero la esencia natural del ser humano, su sensibilidad, sigue viva, muchas veces luchando por salir de su ostracismo. La esencia innata de su alma sobrevive como un ángel dormido.

22 de septiembre de 2024

SOBRE LA CORRECTA EDUCACIÓN Y CUIDADO DE LOS NIÑOS.
REFORMULANDO IDEAS


“La enseñanza que deja huella no es
la que se hace de cabeza a cabeza
sino de corazón a corazón”

Howard C. Hendricks (1924 – 2013)


“La educación es el arma más poderosa
que puedes usar para cambiar el mundo”

Nelson Mandela (1918 – 2013)


“La primera tarea de la educación es agitar la vida,
pero dejándola libre para que se desarrolle”

María Montessori(1870 – 1952)


Foto de Amber Weir en Unsplash
Al leer un acertado comentario de nuestra querida amiga Enca Gálvez en el post anterior, he vuelto a replantearme y reformular lo que pienso sobre el buen cuidado y la correcta educación de los niños, algo que hago continuamente, pues no dejo de leer, escuchar y reflexionar sobre el tema.

Es un tema complejo, por supuesto. Y mi posición es un tanto diferente a lo que encontramos en la sociedad, aunque al haber diferentes posiciones, me acerco más a unos planteamientos y me alejo más de otros. Voy con ello…

Contestaba a Enca que los adultos “no somos conscientes de hasta qué punto nuestro papel es crucial en la felicidad de los niños y en favorecer, a través de ellos, un mundo mejor” Cada día estoy más convencido de ello. Pero la cuestión no es solo saberlo, porque no es suficiente, sino actuar de acuerdo a ello, algo más dificultoso.

En función de nuestra actitud, disposición y actuación, un niño verá reforzado su maravilloso espíritu innato o, por el contrario, provocaremos que vaya perdiendo su más bella y mejor esencia humana, contaminándolos con nuestros prejuicios, miedos y desconfianzas. Incluso haciéndoles un daño que puede perdurar por toda una vida debido a la desprotección o, directamente, al maltrato. Todo se da en nuestra sociedad.

Insisto una vez más: debemos permitir a los niños que sean como innatamente son. Por sí mismos irán descubriendo todo lo referente al bien y al mal, e irán afianzando sus principios y valores. ¿Cómo es esto posible? ¿Acaso son experimentados pensadores? No, no lo necesitan. Considero que es así porque los niños tienen un indicador infalible que no debemos desvirtuar con nuestras enseñanzas. A saber: se entristecen con la tristeza ajena, y se alegran con la alegría ajena. Si hacen daño y relacionan el dolor ajeno con sus actos, se sentirán culpables e instintivamente corregirán sus actos. Si, por el contrario, sus actos alegran a los demás, se sentirán reforzados a insistir en tales actos beneficiosos. Esto es así si deliberadamente, o inconscientemente, no alteramos su naturaleza.

Respecto a su proceso de maduración espiritual y ética, lo único que necesitamos hacer con los niños es ayudarles a clarificar qué relación existe entre el bien o el daño que hacen y sus actos. Nada más. No hace falta enseñarles valores para que actúen noblemente, de la misma forma que a los animales no hay que enseñarles a ser nobles: lo son innatamente.

¡Mucho cuidado con enseñarles valores! Muchas veces les enseñamos nuestros peores valores, como la envidia o el egoísmo, aún sin ser conscientes de ello. ¡Les perjudicamos como seres humanos! Si queremos un mundo mejor, es suficiente con no pretender cambiar la esencia innata de los niños.

Y, por supuesto, estamos obligados a satisfacer su infinita curiosidad. ¡Pero no la que nosotros deseamos que aprendan!, sino la que surja espontáneamente en ellos en función de sus intereses, inquietudes y vocaciones genuinamente personales. Desviarnos de sus motivaciones intelectuales es un enorme error, pues haremos de ellos seres insatisfechos, ingratos y dañinos para los demás. No somos conscientes del daño que hacemos y nos hacemos. Además, ellos sabrán ir construyendo su pirámide de conocimiento en base a su escala de valores e inquietudes. No hace falta que nosotros lo hagamos por ellos. No necesitan de nuestra manipulación. Dejemos que sean ellos mismos, pero si desean contrastar (¡solo contrastar!) con nosotros, podemos darles nuestra opinión.

¡Dejemos que los niños se conviertan en seres sanos, creativos y felices! Por favor… Confío plenamente que si tenemos este marco de actuación que he expuesto aquí resultará más fácil conseguirlo.


“Un niño puede enseñar tres cosas a un adulto:
a ponerse contento sin motivo,
a estar siempre ocupado con algo
y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea”

Paulo Coelho (1947 - …)


Emilio Muñoz
Un ángel dormido...

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
(original autentificado)



The Ambientalist – Fable
(por The Ambientalist)



8 comentarios:

  1. Querido amigo, es lindo leerte, uno aprende pero a veces tarde.
    Abrazos y besos, que tengas un feliz día y un buen inicio de semana

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  2. Ay, mi querida Liz!!! Nunca es tarde!!! Te lo aseguro, créeme: nun-ca es tar-de!!! Es cierto que el pasado no se puede cambiar, ni por lo bueno que hicimos o pasó, ni por lo malo que hicimos o pasó. Es inamovible... Pero tenemos todo un futuro!!! Un futuro que nos está esperando para que aprendamos, experimentemos, creamos, juguemos, amemos, etc, etc, etc... Te parece poco???

    La vida no es los errores que cometimos, por supuesto!!! En absoluto!!! Tampoco la vida es lo que ocurrió en el pasado!!! La vida es todo, y especialmente lo que aún podemos hacer en ella.

    Te voy a contar como se actúa en el mundo de la economía de empresa. Dirás que cómo es posible que tenga algo que enseñar respecto a la educación de los niños. Pues sí, hay algo que aprendí y jamás he olvidado. Y lo utilizo para todo en la vida. Te cuento...

    En los proyectos de inversión de la empresa hay un término que yo considero mágico: "costes hundidos" Ahora estarás pensando que estoy loco. Pero te aseguro que trasladado a la vida es un gran criterio para tomar decisiones.

    Se llaman "costes hundidos" a los gastos que ya se han hecho en un proyecto de inversión, antes de que dicho proyecto esté terminado y pueda empezar a generar ingresos (que restando los gastos deja el beneficio). Los "costes hundidos" son los gastos que no se pueden recuperar si se pretende dar marcha atrás en el proyecto. Por ejemplo, si se abre una mina, los gastos realizados en abrir una carretera hasta la boca de la futura mina es un "coste hundido", pues si se renuncia finalmente a abrir la mina, la inversión realizada en la carretera es irrecuperable. La carretera quedará ahí, y no se podrá levantar.

    Pues bien, en un proyecto de inversión, cuando surgen dificultades, por regla general no se tienen en cuenta los "costes hundidos", porque si se tuviera en cuenta, en cuanto surgen dificultades y gastos extraordinarios (algo que ocurre casi siempre), se cancelarían la mayoría de los proyectos de inversión. Y eso sí que sería una ruina. Como tu has hecho tantas veces en tu vida, ante las dificultades, muchas veces hay que seguir luchando.

    En nuestra vida hacemos constantes apuestas, que generan resultados, unas veces buenos, pero otras veces, malos. Todo el tiempo y la ilusión que se ha dedicado puede verse mal recompensado por las razones que sean. Unas veces porque nos equivocamos. Otras porque pretendíamos algo muy utópico. Otras, porque la vida es, a veces, un tanto puñetera.

    Pero como en el caso de los costes hundidos, eso es pasado, tiene que salir de la ecuación de nuestra vida. Debemos tomar el momento presente y decidir que queremos hacer y si es imprescindible renunciar a algo importante para nosotros. Mi experiencia: jamás renuncias a aquello que es fundamental para tí. Busca nuevas formas de hacer las cosas, e inténtalo una vez más. Pero olvidando el pasado!!!

    Estoy seguro de que has educado maravillosamente a tus hijos. Lo llevas en la sangre. Pero lo hayas hecho como lo hayas hecho, comparte tus mayores enseñanzas con todos, ayuda a cualquier joven a encontrar su camino (el suyo), haz felices a las personas que tienes cerca y que se van acercando. En definitiva, construye siempre bienestar, bondad, generosidad (como estoy seguro de que haces), pero olvida el pasado y solo mira el hoy y lo que quieres hacer. Nada más.

    Me he extendido bastante, pero en este comentario me ha faltado ver tu lado rebelde, y me ha sobrado un cierto peso que has sentido al leerme. Fuera pesos y recupera la rebeldía!!! Esa eres tú, y no otra.

    Un enorme abrazo, querida amiga!!!

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  3. Tienes razón uno debe tratar de educar lo mejor posible y una de las mejores formas es con el ejemplo y sobre todo dejando que elija su camino. Te mando un beso.

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    1. Lo que suele ser usual es que, con la mejor intención, intentemos transmitir a los niños lo que consideramos que hemos aprendido en el transcurso de nuestra vida y nos parece importante. Esto ya es un error, pues de actuar así estamos condicionando al niño en una dirección que puede no coincidir con su personalidad en ciernes. Pero con ser grave, no es lo peor.

      Lo peor es que, sin darnos cuenta, transmitimos a los niños nuestros prejuicios, miedos, hábitos, traumas, neuras, etc... De esta manera se transmiten ideas y emociones tóxicas que afectan a la personalidad y desarrollo de los niños. Según sea el grado en el que se están transmitiendo a los niños esto, mayor o menor gravedad tendrá la actuación de los adultos.

      Debemos tener en cuenta siempre que la educación que demos a los jóvenes determinará las características de la sociedad futura, mejor o peor.

      Gracias por tu visita y un enorme abrazo, con beso, querida amiga!!!

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  4. Los niños de esta época tienen mucho más que afrontar y eso está muy bien representado en la película Adolescencia. ¿La has visto?
    Si aún no lo has visto, aquí tienes un resumen
    https://youtu.be/Hm8HZhl1d8c?si=P5MoowBXiUIOBs2e
    y una opinión
    https://youtu.be/Md62RPKtjK0?si=KOeYYwoF_S18ldOo .
    Me gustaría saber tu opinión, también siendo hombre y supongo que también un padre...

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    1. Te voy a contestar aquí, amigo o amiga, aunque ya no lo hago en mis blogs, sino en los blogs de las personas que me comentan, por falta crónica de tiempo.

      Contestar a lo que dices exigiría hojas y hojas escritas o una charla de muchas horas, por lo que solo voy a dar unas pinceladas improvisadas sobre el tema. Si lo llegas a leer, me puedes sugerir y preguntar cualquier cuestión que te surja. Lo que yo te voy a exponer está compuesto de grandes certezas en algunos puntos y de intuiciones que no llegan a certezas, en otros puntos. Solo expreso mi parecer, sin intención de convencer, pero sí apremiando a que se analice muy seriamente, pues la educación y la felicidad de los niños está en juego, y es algo demasiado serio.

      Disculpa que no hay visto esa película. Si te interesa mi opinión sobre ella, dímelo para dedicarle el tiempo suficiente, y así responderte con el mejor criterio posible. También te confirmo que no tengo hijos, aunque participe de una forma especial en la educación de una sobrina, que es actualmente una feliz educadora de niños que sufren del trastorno del espectro autista. Hace dos días dedicamos una tarde a charlar con entusiasmo, como siempre, sobre la vida. Poco tiempo… Necesitaríamos semanas, meses y años para confrontar tantos pensamientos y sentimientos. Por así decirlo, somos estrechos compañeros de viaje, en ese apasionante y maravilloso viaje que llamamos vida.

      Sobre lo que me pides mi opinión te podría decir muchas cosas. Te puedo decir que es difícil comparar unas épocas con otras, porque creo que con el paso del tiempo están mejorando unas posibilidades pero empeoran otras. Hay aspectos de la vida de un niño que son más fáciles, mientras que otros son más difíciles.

      Yo lo que veo es que los niños tienen más posibilidades, pero no las pueden aprovechar bien porque están mucho más sometidos a una tutela que puede ser negativa en muchos aspectos. Se controla y teledirige demasiado a los niños. Me explicaré más detalladamente.

      Muchos padres, preocupados por preparar adecuadamente a sus hijos para afrontar las dificultades de nuestra sociedad de adultos, programan la vida de sus hijos, aún niños o adolescentes, de tal manera que los llenan de actividades para que se hagan adultos cuanto antes.

      Actualmente, yo estoy en contra del papel de padres como directores de sus hijos en la tarea de educarlos. Creo que es un error muy grave. Lo que actualmente pienso es que los adultos, padres o no, debemos apoyar a los niños y adolescentes en su viaje hacia la vida adulta. Es decir, debemos trabajar mucho más dando apoyo y orientaciones, respetando su libertad y su particular velocidad de acceso a la vida adulta, y no dirigiendo el camino y la velocidad que deben cumplir obligatoriamente

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    2. Como he dicho en más de una ocasión, a los niños y adolescentes hay que dejarles que vivan su vida de niños y adolescentes como ellos lo sientan. Los adultos podemos transmitirles nuestras inquietudes, pero solo a medida que se vayan haciendo preguntas, y solo proponiendo para su reflexión otras formas de ver y entender la vida. Pero siempre y cuando puedan llevar a cabo una reflexión provechosa, sin olvidar que su cerebro y su capacidad de razonar está en pleno proceso de maduración.

      En los niños hay que despertar ilusiones, pero ilusiones sanas. La mentalidad y la cultura de nuestras sociedades es, en mi opinión, muy tóxica en muchos aspectos. Y son tóxicos mucho de los razonamientos y mantras de nuestro mundo. Por ejemplo, que trabajar es aburrido y hay que evitarlo en la medida de lo posible. El problema nunca debe ser “el trabajo es malo”, la cuestión a plantearse es “tu vocación hará del trabajo un juego”. Este es solo un ejemplo de cómo plantear a un niño-adolescente cuestiones tan importantes como esa.

      Dejemos que los niños vivan su infancia, y que los adolescentes vivan plenamente su adolescencia. Dejemos que en ellos surjan las grandes preguntas y nunca demos respuestas cerradas, sino sugerencias para que mediten, contrastando con tantas personas como deseen o necesiten. Seamos una fuente de posibilidades, transmitamos la belleza de la vida, la búsqueda del sentido de sus vidas, la vocación que es fruto de sus verdaderas inquietudes. Y, en general, todo aquello que hace que sus vidas sea un bonito juego (siempre difícil, pero con posibilidades reales de ser disfrutado). No queramos convertirlos en adultos, dejemos que ellos encuentren su camino con nuestro apoyo. No les aportemos soluciones, sino posibilidades para que ellos elijan. Ni dirijamos su vida, dejemos que ellos la dirijan. Seamos tolerantes, pacientes, enriqueciendo sus vidas con las riquezas que ellos elijan tomar.

      En mi opinión y experiencia, cuando actuamos así, un niño madura rápidamente y de una forma muy sana y feliz. Viven su niñez y adolescencia, sin perder su inocencia, ¡orgullosos de su inocencia!, felices de su sensibilidad, seguros de sí mismos, ansiosos de vivir, experimentar y crear. Y lo digo muy claro: los adultos transmitimos valores, creencias y virtudes que en algunos casos son muy equivocadas y dañinas. Los adultos deberíamos ser conscientes de que les transmitimos nuestros patrones de vida en los cuales hay graves y dañinos errores.


      Era mejor la situación en generaciones anteriores. No puedo decir eso, pero tampoco me atrevo a decir que fuera peor. Era diferente. A los niños se les deja más sueltos, más a su aire, por lo que podían vivir más entregados a su niñez y adolescencia. Pero eso no quiere decir que tuvieran el apoyo y las orientaciones que necesitaban de los adultos. Me temo que, en muchos casos, los niños y adultos se buscaban la vida como podían, y en ocasiones no daban con quien mejor les podía ayudar y orientar.

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    3. Siempre ha habido buenos padres y educadores, pero eso no quiere decir que los adultos de cada época hayamos jugado un papel positivo con niños y adolescentes, y que eso haya servido para hacer del mundo un lugar mejor para vivir. A la vista está que el mundo sigue teniendo problemas muy graves, y que no ha habido generaciones lo suficientemente bien educadas como para conseguir que este mundo sea mucho más amable, agradable y enriquecedor. Hasta ahora, todas las generaciones hemos fracasado, y la evolución del mundo, los problemas del mundo actual, lo certifican. No podemos mirar hacia otro lado.

      Por último, siempre ha estado el problema del mal cuidado a los menores. Me refiero a los padres y tutores que han incumplido el deber de proteger, cuidar y no dañar (violencia de cualquier tipo) a los niños y adolescentes. Es un problema gravísimo, siempre lo ha sido. No solo me refiero al grave problema de los malos tratos que tantos traumas crea para toda la vida, sino a cuestiones tan sencillas como llenar a los niños de actividades para que los padres puedan disponer del tiempo suficiente para tener otro tipo de actividades. Un niño debe sentirse aceptado, comprendido, protegido, tolerado y apoyado, además de asegurarle su sustento físico. A los niños hay que acompañarles en su vida y desarrollo, sin quitarles el protagonismo que deben tener sobre su propia vida (mayor o menor en función de su edad y grado de madurez). No solo hay que impulsar un crecimiento sano a nivel físico, intelectual, emocional y espiritual. También hay que evitar por todos los medios convertirnos en un problema para ellos. Y hay que evitar algo que no se suele tener en cuenta: la necesidad de algunos padres en sentirse necesitados por sus hijos debido a los problemas de confianza que tienen y a las dificultades de vivir su propia vida. Estos padres hacen de sus hijos un refugio para no afrontar su propia vida, hacen de la educación y relación con sus hijos el eje central de sus vidas. Esto es algo que no beneficia a los niños y que tarde o temprano produce un enorme dolor a los padres que así actúan. No se puede disimular la raíz de un problema toda la vida…

      Y hoy me quedo aquí. Creo que te he dejado mucho para reflexionar. Tus sugerencias y aclaraciones las atenderé con el mismo interés que tu primera cuestión.

      Gracias por tu visita, lectura y participación. Es un tema que me apasiona, por supuesto (entre otros muchos temas que me apasionan.

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MI CORAZÓN DE NIÑO…

"La única manera de lidiar con este mundo sin libertad, es volverte tan absolutamente libre que tu mera existencia sea un acto de re...