Cuando un niño reprime su naturaleza, ya sea debido a que no es aceptado, protegido y / o amado; o simplemente porque se le educa para sobrevivir y destacar en nuestro competitivo mundo, ese niño esconde, olvida, e incluso llega a rechazar en la edad adulta, su natural sensibilidad. Pero la esencia natural del ser humano, su sensibilidad, sigue viva, muchas veces luchando por salir de su ostracismo. La esencia innata de su alma sobrevive como un ángel dormido.

sábado, 12 de agosto de 2023

UNA HERENCIA ENVENENADA…


“Y los niños de pronto se callan
Unos en otros buscan amparo”


Gerardo Diego (1896 – 1987)
De “Adiós a Pedro Salinas”

“Somos perfume y alma
de la flor y el capullo”


Elizabeth Barret (1806 – 1861)
De “Almas de flores”


“Muchas veces me he perdido por el mar,
como me pierdo en el corazón de algunos niños”


Federico García Lorca (1898 - 1936)
De “Gacela de la huída”



Foto de Caleb Woods en Unsplash
Si hay algo que daña especialmente a un niño frente a los adultos es la indefensión. Indefensión porque no suele entender, lógicamente, los motivos de los adultos para ser fríos, severos y / o abusadores. Un niño siempre espera cuidados, protección y amor. Se le puede corregir, pero hacerlo sin amor siempre le causa un enorme daño, porque no entiende, y no tiene la capacidad de entender. E indefensión por lo que acabo de decir. Porque, además, aún no tiene los recursos intelectuales y la experiencia necesarios para valorar su situación y dar una respuesta adecuada a lo que le sucede. El niño solo tiene un recurso a su alcance: sentirse culpable de algo (aunque no sepa bien de qué), acercarse como culpable a sus padres o educadores, ser como se le pide (incluso aceptando los abusos) y reprimir su dolor. Pero esto tiene unas consecuencias terribles, tanto para el niño de hoy como para el adulto del futuro.

Sigamos a la psicóloga, filosofa y socióloga Alice Miller (1923 - 2010) en su argumentación:


Cuando un niño se ve obligado a consumir todas sus capacidades y energías en el necesario esfuerzo de reprimir sus sufrimientos, y si además nunca ha sabido lo que es ser amado y protegido por alguien, ese niño no será tampoco en el futuro capaz de protegerse y organizar su existencia de un modo sensato y productivo. Volverá a atormentarse en relaciones destructivas, se unirá sentimentalmente a personas irresponsables que le harán sufrir, y apenas podrá, sin embargo, percibir que el origen de todas sus penas está en sus padres y otros educadores.

(…)

La función salvadora de la represión en la infancia se transforma posteriormente, en el adulto, en una fuerza destructora


Solo hay una medicina posible que pueda hacer sanar a la persona así herida: el amor. El amor y la paciencia, siempre desde la valentía de aceptar la vida tal y como se ha vivido, sin adornos y exculpaciones (pero con generoso perdón). Pero amar y paciencia no significa seguir alimentando esa fuerza destructiva, sino fomentar una forma de vida sana que, con la ayuda del amor sinceramente vivido, aleje al adulto enfermo de su constante necesidad de sentirse culpable y sufrir. Alimentar esta constante tentación es perpetuar la enfermedad. Y siendo cierto que nada se puede hacer si no se adopta una actitud de tolerancia al ser humano que sufre, no se deben aceptar sus tendencias auto-destructivas, actuando con amor y, a la vez, con firmeza. Además, nada saldrá bien si no se crea un clima de confianza y de mutuo amor. La paciencia también implica espera, pero jamás aceptación de actitudes y actos que dañan al propio niño o al adulto traumatizado.

Como siempre, la mejor opción es la prevención: unos padres y unos educadores que extremen el cuidado, protección y amor de los niños. De este modo crecerán confiados, afrontarán la vida con serena confianza, elegirán con buen criterio los pasos a dar en su vida, y evitarán los problemas anteriormente mencionados.

Alice, dolorosamente indignada, pone de relieve algo en lo que creo que tiene mucha razón: nuestra sociedad oculta el daño que se hace a los niños, de tal manera que amparados en la legitimidad que les otorga por ser padres y educadores, el trato que se les da a los niños queda oculto en el estricto ámbito familiar, para salvaguarda de su buena imagen.

Debo aclarar que Alice fue objeto de desamor y abusos en su niñez. Ella misma ocultó, primero, y olvidó, después, las circunstancias de su niñez. Solo a una edad avanzada de su vida recordó y se propuso comprender. En su niñez tenía enfrente un mundo de silencio e incomprensión.


Emilio Muñoz
Un ángel dormido...

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
(original autentificado)



David Airvi – Atmo
(por David Airvi – Tema)



8 comentarios:

  1. Los ninos, son hermosos, necesitan de mucho amor,
    llevan la inocencia en su mirar, conforme van creciendo,
    y aprenden nuestras ensenanzas, tambien nos dan lecciones
    de su corazon puro,no hay nino malo, a veces que los mismos
    padres hacen malos a los ninos,hay mi amigo me voy enamorando
    de todo lo que escribes y como lo haces, es un gran placer haberte
    conocido y seguir aprendiendo, es lindo visitar cada uno de tus bloggers,
    que tengas un bonito fin de semana.

    Besitos dulces

    Siby

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    1. Deberíamos repetir lo que dices hasta que perdiéramos el sentido, querida Siby: "los niños son hermosos" Y es que los niños son hermosos!!! Es cierto que pueden dar mucha "guerra", pero solo porque siguen sus bellos y buenos impulsos. Hablo de los niños pequeños, esos que aún no hemos podido contagiar los adultos con nuestras exigencias de adultos. Y se les puede llevar mucho más facilmente de lo que parece, pero para ello hay que hablar su mismo idioma: el de los sentimientos. Se nos olvida que son seres emocionales, no racionales. Se nos olvida que no han desarrollado aún sus capacidades intelectuales. Y se nos olvida que lo importante es que sean como son: niños y alma; inocencia y emociones puras. Cuánto mejoraríamos los adultos si pudiéramos conservar esa naturaleza y si valoráramos esos rasgos más (mucho más) que las capacidades intelectuales. Nos olvidamos que la capacidad de amar y la belleza de amar nada tiene que ver con la razón.

      Y no hay niño malo. No hay niño malo!!! Para que un niño sea malo (para que actúe con malicia) tiene que habérsele intoxicado con la maldad. Por tanto, en los casos de que acusamos a un niño de maldad, deberíamos juzgar como lo hemos educado los adultos. Pero es mejor culpar a un ser indefenso...

      Me alegro de que te aporte conocimiento y emociones lo que escribo.Insisto en que comparto para eso, y busco en los demás, en vuestros blogs, eso mismo. Me alegra y me anima mucho tu entusiasmo (más aún cuando se trata de un tema tan duro y que entristece tanto), y me dejo contagiar por lo que transmites, puesto que entiendo la vida encandenando pasiones e ilusiones. La belleza de vivir, como nos enseñan los niños, consiste en eso.

      Cualquier duda, preguntas. Y si quieres dialogar, también puedes contar conmigo. Compartir es dialogar. Enriquecerse es dialogar. No solo esto, pero esto también.

      Y recuerda algo muy importante para mí, Siby. La belleza y la valía de una persona no se encuentra en sus capacidades intelectuales, literarias o artísticas. Yo no quiero ser recordado por eso, sinceramente. La belleza y valía de una persona (de mí y de ti) reside en su alma, en su corazón, en la capacidad que tiene para generar felicidad. Pero siendo como son, sin preocuparse de como quieren los demás que sea: desplegando su auténtica naturaleza, mostrando la belleza de su alma, y olvidándose de las exigencias de la razón, que a veces son irracionales. De acuerdo, bella alma?

      Un enorme abrazo, querida amiga!!! Y besitos dulces también.



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  2. Cómo me gustan esas citas que colocas al principio de tus textos. Gracias.

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    1. Y qué placer me da a mi compartirlas, querido Enrique!!! Y más placer cuando, además, se valora que las comparta, porque tener la confirmación ajena siempre anima a seguir haciéndolo cada día un poco mejor.

      Así que espero que siempre disfrutes de esas citas, aunque supongo que habra algunas que no te gusten tanto.

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  3. La defensa que haces del trato y maltrato físico y/o educativo a los niños, es loable, querido Emilio. Por no aburrir e intentar ser breve en mi propósito diré que aciertas cuando expresas claramente que el mensaje principal para tratar a la infancia de modo global es el amor. Creo profundamente en ello.
    Un abrazo muy fuerte.

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    1. Las estadisticas que se sacan sobre la situación de los niños son realmente alarmantes. Leer sobre ello me produce un gran desgaste anímico, por la enorme empatía, admiración y afecto que tengo por los niños. Pero creo que hay que decirlo, aunque tenga poca repercusión, y aunque sea leído y el lector o la lectora no se sensibilice con la problemática.

      Este blog surgió como necesidad de reflexionar sobre estos temas, y también sobre la bondad de recuperar el espíritu de la niñez por parte de los adultos, para ser más felices y para conseguir que este mundo sea mejor.

      Mi blog Homo Novus nació en 2009 con el mismo empeño, pero dirigido a los adultos.en cuanto seres maduros. Hace ya 14 años!!! Y a pesar de no tener mucha aceptación, pues son temas que van más a la esencia de nuestra vida, ha tenido continuidad durante todo este tiempo. En principio, tengo el mismo empeño con este blog. No espero mucha audiencia, pero si hay alguna persona que le puede ser útil para enfocar su vida mejor, o para sanar experiencias dolorosas del pasado, yo me doy por satisfecho.

      Y qué decir del amor, amigo mío???!!! Que es la gran medicina del mundo. Todos nuestros problemas psíquicos y emocionales se curan con amor. Y todas las enfermedades del cuerpo que derivan de problemas psíquicos y emocionales, también se curan con amor. Intuyo que eso abarca casi todas las enfermedades (excepto la vejez, que no tiene cura!!! jajajaja). Así de importante seria amar y vivir el amor con honestidad, inocencia y generosidad. Pero el mundo en el que vivimos es un mundo donde abunda más el egoísmo y la violencia. Sería bueno para todos cambiarlo.

      Un enorme abrazo, querido amigo!!!

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  4. Es un crimen terrible maltratar a un niño. Y c omo tu dices solo amor lo puede ayudar. Te mando un beso.

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    1. Si, Citi. Es un crimen. Y documentarse sobre el tema, y comprobar cómo se arruina la vida entera de un ser humano debido al egoísmo de quienes de vería amar, cuidar y proteger a ese ser humano en formación, a mi me resulta desgarrador. Por eso, a pesar de ello, prefiero superar mi desazón y hablar sobre ello.

      Además, la falta de interés de la sociedad hace que creamos que es un problema marginal, cuando está sorprendentemente extendido, contando tanto el abuso como el desamor, pues ambos crean daños enormes. De hecho es una tragedia mucho más extendida que la violencia machista, pero sin las dramáticas consecuencias sobre la vida.

      Esperemos ir tomando conciencia, afrontando el problema sin mirar a un lado, y saneando nuestra conducta.

      Gracias , querida Citu, por visitar y comentar este blog con in tema tan árido. No es grato afrontar estos temas, lo reconozco, por eso mi agradecimiento es mayor. Y no pro mi beneficio, sino por el bien de los niños

      Un enorme abrazo, querida amiga!!!

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