Cuando un niño reprime su naturaleza, ya sea debido a que no es aceptado, protegido y / o amado; o simplemente porque se le educa para sobrevivir y destacar en nuestro competitivo mundo, ese niño esconde, olvida, e incluso llega a rechazar en la edad adulta, su natural sensibilidad. Pero la esencia natural del ser humano, su sensibilidad, sigue viva, muchas veces luchando por salir de su ostracismo. La esencia innata de su alma sobrevive como un ángel dormido.

1 de abril de 2025

MI CORAZÓN DE NIÑO…


"La única manera de lidiar con este mundo sin libertad,
es volverte tan absolutamente libre
que tu mera existencia sea un acto de rebelión"


Albert Camus


¿Estamos en lo cierto?
¿Ya hemos estado aquí antes?

Revolotear en el silencio,
Elevarse brillante en el horizonte…
Soy una curva de luz,
la chispa entre el espacio.
Y podría volar…

Llevar mi corazón de niño conmigo…
Si pudiera volar…
Podría volar.


Texto extraído de la letra del tema SAGES


Foto de Eduardo Goody en Unsplash
La vida comienza a dejar de ser vida cuando se acepta, poco a poco, renunciar a la inocencia y a la belleza de la niñez. Me temo que si esta afirmación es cierta, morimos, de la misma manera que matamos. Aunque sería mejor decir que renunciamos a la vida y ahogamos la esencia propia y ajena.

Por eso, la existencia debería ser un acto de rebeldía… Un acto de liberación organizado contra nosotros mismos… Liberarnos de las absurdas cadenas que amortajan al ser humano e iniciar un regreso a los orígenes… Una vuelta a la niñez para comenzar de nuevo, pero esta vez, libres y auténticos.

Llevar siempre prendido el corazón de la niñez…


Emilio Muñoz
Un ángel dormido...

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(original autentificado)



Ólafur Arnalds & Loreen – SAGES
(por Ólafur Arnalds)



5 de marzo de 2025

DESPERTAR AL NIÑO DORMIDO
(Hacer también de la vida un dulce discurrir…)


“Cuando llegamos a nuestra habitación me senté en la cama de Ruth,
cerca de la ventana ―el sol había caldeado un poco la manta― y ella
se sentó en la mía, junto a la pared del fondo. Había una mosca azul
zumbando en el aire, y durante unos minutos estuvimos riéndonos
y jugando al «tenis de la mosca azul», lanzando manotazos al aire
para hacer que la enloquecida criatura fuera de un extremo a otro
de nosotras. Al final, la mosca encontró el camino y salió por la ventana…”

Kazuo Ishiguro (1954 - …)



Foto de Jacky Zhao en Unsplash
Hay relatos, también músicas, que me absorben y me seducen de tal manera que siento que abandono la realidad para trasladarme a otro punto del tiempo y del espacio, como si hubiera sido abducido. Pero no termino de comprenderlo bien, porque no siempre sé adónde viajo, como si pasado y futuro se desdibujaran y el tiempo y el espacio se convirtieran en una realidad imaginada.

A veces he pensado que no son casualidades, que en verdad son mensajes de mi alma para que recupere mi memoria o al ser que verdaderamente soy… la esencia más profunda de mi existencia. En ocasiones lo siento como si fuera una pista que me es dada para que recupere el buen sendero de mi vida. En otras, simplemente me parece que se trata de un aviso, de una señal de peligro.

Y si algunas veces me siento como el protagonista de mis pensamientos y emociones, en otras ocasiones me surge la duda de si seré utilizado para transmitir algún mensaje, como si lo que experimentara no fuera mío, y solo hubiera sido utilizado, sin ser consciente, como un mero intermediario.


Cuando he leído ese texto del premio Nobel de literatura británico, de origen japonés, he caído seducido por la vivencia de un hecho tan intrascendente como el que relata. Tan maravillosamente, deliciosamente, ilusionantemente, intrascendente…

Y he sentido una barrera. Esa que separa a los adultos del encanto de la niñez y de la adolescencia. Porque es cierto que como adultos debemos tomarnos la vida muy en serio, analizar con cuidado la realidad, tomar decisiones difíciles y atravesar momentos realmente duros, pero me pregunto por qué estamos incapacitados para disfrutar de un momento de total intrascendencia como el que describe Ishiguro. Hablo de un momento improvisado, no uno de esos muchos momentos de relax prefabricados a los que nos entregamos en nuestro rol de adultos.

En mis pensamientos vuelvo una vez más a la inocencia, a la inconsciencia, al entusiasmo, a la autenticidad, a la pureza de los sentimientos, al bello encanto del abandono en la incertidumbre de experimentarnos tal y como somos, sin condicionamientos ni máscaras.

Y me pregunto por qué tenemos tan dormido a nuestro ángel. Más que dormido, sedado, abandonado, olvidado… ¿Por qué no lo despertamos de tanto en tanto? ¿O por qué no dejamos que nos acompañe y nos sugiera y muestre la auténtica belleza de la vida y del vivir?


Si los niños juegan a ser adultas y eso les ayuda a disfrutar de su vida y a prepararles para la edad adulta, ¿no estaría bien que los adultos jugáramos a ser niños para también disfrutar de la vida, y para no olvidar lo más bello de la existencia?


Emilio Muñoz
Destellos en el mar...

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
(original autentificado)



Melissa Galosi - Seeds of Tomorrow
(por Melissa Galosi)



16 de febrero de 2025

SI NO ES AMOR, ¿QUÉ ES…? ¿QUÉ DEBE SER…?


“¡El amor corre tan profundo
entre estas dos almas…!”


[De los autores del vídeo
We love animals]



(del vídeo)
A poco que escarbo siempre aparece una imagen de la grandeza de los animales. Incluso, en el caso de los mamíferos más inteligentes (con un cerebro más sofisticado) disfrutan de la compañía de los niños, son conscientes de su vulnerabilidad, y les prestan su compañía, su protección y su amor. Justo lo que más necesitan los niños. ¡Y son incapaces de hacer daño a una cría, humana o no humana!

Por esta razón me pregunto qué se ha roto en el ser humano, que puede ser capaz de ser muy frío, incluso dañar, a esos seres que son todo amor, ternura, inocencia, autenticidad, alegría. Seres tan extremadamente vulnerables que cualquier adulto mamífero, no humano, es capaz de protegerlo instintivamente.

Por otra parte, tal vez los seres humanos seamos más inteligentes, y nos preocupamos por el futuro de los niños. Por esta razón priorizamos la educación. ¿Pero es lo que necesitan en sus primeros años de vida? Lo que yo veo en escenas como estas del primer vídeo, es que los animales priorizan el amor: lo que más necesitan los niños; lo más importante para ir alimentando su sano crecimiento físico y emocional (incluso espiritual)


Emilio Muñoz
Un ángel dormido...

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
(original autentificado)


(por We Love Animals)


Marco Lucci – Breath
(por Marco Lucci)



MI CORAZÓN DE NIÑO…

"La única manera de lidiar con este mundo sin libertad, es volverte tan absolutamente libre que tu mera existencia sea un acto de re...