Cuando un niño reprime su naturaleza, ya sea debido a que no es aceptado, protegido y / o amado; o simplemente porque se le educa para sobrevivir y destacar en nuestro competitivo mundo, ese niño esconde, olvida, e incluso llega a rechazar en la edad adulta, su natural sensibilidad. Pero la esencia natural del ser humano, su sensibilidad, sigue viva, muchas veces luchando por salir de su ostracismo. La esencia innata de su alma sobrevive como un ángel dormido.

5 de marzo de 2025

DESPERTAR AL NIÑO DORMIDO
(Hacer también de la vida un dulce discurrir…)


“Cuando llegamos a nuestra habitación me senté en la cama de Ruth,
cerca de la ventana ―el sol había caldeado un poco la manta― y ella
se sentó en la mía, junto a la pared del fondo. Había una mosca azul
zumbando en el aire, y durante unos minutos estuvimos riéndonos
y jugando al «tenis de la mosca azul», lanzando manotazos al aire
para hacer que la enloquecida criatura fuera de un extremo a otro
de nosotras. Al final, la mosca encontró el camino y salió por la ventana…”

Kazuo Ishiguro (1954 - …)



Foto de Jacky Zhao en Unsplash
Hay relatos, también músicas, que me absorben y me seducen de tal manera que siento que abandono la realidad para trasladarme a otro punto del tiempo y del espacio, como si hubiera sido abducido. Pero no termino de comprenderlo bien, porque no siempre sé adónde viajo, como si pasado y futuro se desdibujaran y el tiempo y el espacio se convirtieran en una realidad imaginada.

A veces he pensado que no son casualidades, que en verdad son mensajes de mi alma para que recupere mi memoria o al ser que verdaderamente soy… la esencia más profunda de mi existencia. En ocasiones lo siento como si fuera una pista que me es dada para que recupere el buen sendero de mi vida. En otras, simplemente me parece que se trata de un aviso, de una señal de peligro.

Y si algunas veces me siento como el protagonista de mis pensamientos y emociones, en otras ocasiones me surge la duda de si seré utilizado para transmitir algún mensaje, como si lo que experimentara no fuera mío, y solo hubiera sido utilizado, sin ser consciente, como un mero intermediario.


Cuando he leído ese texto del premio Nobel de literatura británico, de origen japonés, he caído seducido por la vivencia de un hecho tan intrascendente como el que relata. Tan maravillosamente, deliciosamente, ilusionantemente, intrascendente…

Y he sentido una barrera. Esa que separa a los adultos del encanto de la niñez y de la adolescencia. Porque es cierto que como adultos debemos tomarnos la vida muy en serio, analizar con cuidado la realidad, tomar decisiones difíciles y atravesar momentos realmente duros, pero me pregunto por qué estamos incapacitados para disfrutar de un momento de total intrascendencia como el que describe Ishiguro. Hablo de un momento improvisado, no uno de esos muchos momentos de relax prefabricados a los que nos entregamos en nuestro rol de adultos.

En mis pensamientos vuelvo una vez más a la inocencia, a la inconsciencia, al entusiasmo, a la autenticidad, a la pureza de los sentimientos, al bello encanto del abandono en la incertidumbre de experimentarnos tal y como somos, sin condicionamientos ni máscaras.

Y me pregunto por qué tenemos tan dormido a nuestro ángel. Más que dormido, sedado, abandonado, olvidado… ¿Por qué no lo despertamos de tanto en tanto? ¿O por qué no dejamos que nos acompañe y nos sugiera y muestre la auténtica belleza de la vida y del vivir?


Si los niños juegan a ser adultas y eso les ayuda a disfrutar de su vida y a prepararles para la edad adulta, ¿no estaría bien que los adultos jugáramos a ser niños para también disfrutar de la vida, y para no olvidar lo más bello de la existencia?


Emilio Muñoz
Destellos en el mar...

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(original autentificado)



Melissa Galosi - Seeds of Tomorrow
(por Melissa Galosi)



16 de febrero de 2025

SI NO ES AMOR, ¿QUÉ ES…? ¿QUÉ DEBE SER…?


“¡El amor corre tan profundo
entre estas dos almas…!”


[De los autores del vídeo
We love animals]



(del vídeo)
A poco que escarbo siempre aparece una imagen de la grandeza de los animales. Incluso, en el caso de los mamíferos más inteligentes (con un cerebro más sofisticado) disfrutan de la compañía de los niños, son conscientes de su vulnerabilidad, y les prestan su compañía, su protección y su amor. Justo lo que más necesitan los niños. ¡Y son incapaces de hacer daño a una cría, humana o no humana!

Por esta razón me pregunto qué se ha roto en el ser humano, que puede ser capaz de ser muy frío, incluso dañar, a esos seres que son todo amor, ternura, inocencia, autenticidad, alegría. Seres tan extremadamente vulnerables que cualquier adulto mamífero, no humano, es capaz de protegerlo instintivamente.

Por otra parte, tal vez los seres humanos seamos más inteligentes, y nos preocupamos por el futuro de los niños. Por esta razón priorizamos la educación. ¿Pero es lo que necesitan en sus primeros años de vida? Lo que yo veo en escenas como estas del primer vídeo, es que los animales priorizan el amor: lo que más necesitan los niños; lo más importante para ir alimentando su sano crecimiento físico y emocional (incluso espiritual)


Emilio Muñoz
Un ángel dormido...

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(original autentificado)


(por We Love Animals)


Marco Lucci – Breath
(por Marco Lucci)



23 de diciembre de 2024

LA NAVIDAD EN OTROS CANTOS. 1 - NIÑOS, ÁNGELES DESPIERTOS


Del vídeo
Siendo este un blog que habla de las dificultades de ser niños en un mundo de adultos, y que recalca constantemente la necesidad de recuperar el espíritu de la niñez (que no la niñez, algo imposible, como no me canso de recalcar), no podían faltar los niños.

Ninguna duda tengo de que es el camino para alcanzar un mundo mejor, y seres humanos más sanos y felices, niños y adultos.


¡FELIZ NAVIDAD! Paz y amor para todos en una Navidad llena de momentos entrañables e inolvidables.


Emilio Muñoz
Un ángel dormido...

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(original autentificado)



Monica Scott – Prince of peace
(por Monica Scott Music)





One Voice Children's Choir - When Love Was Born (Mark Schultz)
(por One Voice Children's Choir)



14 de diciembre de 2024

DAR NUEVA VIDA A LA ALEGRÍA DEL ENCUENTRO…


“Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas…
(…)
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias”

Mario Benedetti (1920 – 2009). Uruguay
De “Defender la alegría”


Foto de Nathan Dumlao en Unsplash
¡Cuántas veces he visto ese primer vídeo que inserto hoy (el “short” de YouTube)! Creo que es bueno verlo cada día para no olvidar lo que sí es alegría, lo que sí es amor, lo que sí es vivir el amor…

¿Dónde está la alegría del encuentro en los adultos humanos? Esa alegría desbordante que sí está en los niños y en nuestras mascotas, sean crías o adultas. Ese entusiasmo que les hace saltar, reír y hasta gritar, sin avergonzarse, sin sentirse acomplejados, sin avergonzarse de que les vean, sino todo lo contrario.

Y si por ser adulto tengo que dar la imagen de equilibrado, sobrio y equidistante, me niego rotundamente, que yo no quiero mostrarme maduro demostrando dominio emocional, que por mucho que me digan, yo solo lo entiendo como un rasgo de debilidad en los adultos. No. Yo quiero emocionarme hasta el éxtasis al ver a mis seres queridos, al leer una preciosa poesía o al escuchar una emocionante canción, por ejemplo. Y para eso necesito la espontaneidad, la humildad y la inocencia.

Y yo iría más allá, porque son muchas las personas que necesitan una excusa externa para sentir la alegría de vivir (no solo la alegría del encuentro) Aunque también reconozco que hay experiencias que resultan muy difíciles de superar, afrontar con optimismo y llenarse de paz y alegría. Pero no son los casos más abundantes, ni mucho menos, aunque no falten siempre disgustos menores. Conozco personas que desprenden una alegría vibrante a pesar de vivir situaciones realmente difíciles, de la misma manera que conozco a personas que se toman sus experiencias desfavorables de una forma que considero excesivamente trágicas.

Salvo en casos excepcionales, la alegría no necesita excusas, ni necesita que ocurra algo en nuestras vidas que nos llene de alegría. En definitiva, no hace falta estar dependiendo de lo que ocurra a nuestro alrededor para disfrutar de tan maravilloso manjar. Solo se necesita querer. Se necesita voluntad. Se necesita la firme decisión de vivir la alegría, tanto para uno mismo como para a los demás. Aunque en ocasiones tengamos que hacerlo apretando fuerte los dientes.

Cambiar el chip… Y si para ello hay que volver a la madurez de la niñez, perfecto. Yo estoy en ello.


Emilio Muñoz
Un ángel dormido...

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(por FINCAS RAY)

Esto sí que es alegría. Esto sí que es amor. ¡Esto sí que es vivir el amor!



Jacob David – Judith
(por Jacob David)



25 de noviembre de 2024

UN NIÑO MÁS…
(y el lenguaje de la risa)


"El juego es el trabajo de los niños"

María Montessori (1870 – 1952)


“Dama del alba.
Con tu niñez de golondrina haciendo el verano,
inauguraste en mí el sendero del corazón
Espeso amor”

Raúl Gómez Jattin (1945 - 1997). Colombia
De “Cambio de identidad”


Pexels - Foto de Los Muertos Crew
De niño yo también jugaba a eso ser mayor, y tenía prisa por convertirme en un adulto para que nadie me pusiera horarios o cualquier tipo de limitación. Sin embargo, eso de ser adulto lo hacía muy mal. Era un adulto mucho más niño de lo que se solía aparentar, Y sin poder evitarlo.

Ahora que soy adulto quiero jugar a ser pequeño entre adultos, y nuevamente no me sale suficientemente bien la jugada porque me falta práctica. Pero he observado que si es con los niños con quienes juego a ser pequeño, mejoro increíblemente.

Pero es habitual que surja un inconveniente: los niños se extrañan de mi comportamiento infantil. ¡Me miran desconfiados, preguntándose que hace ese tonto de “persona mayor” fingiendo ser un niño más! Me río solo de recordar sus caritas de asombro en las que se dibuja con nitidez su inocencia.

Afortunadamente tengo una forma de salir del apuro que suele ser infalible: me pongo a reír sin parar. Me río de la situación, y me río de mí mismo. Me río a carcajadas retorciendo todo mi cuerpo de la risa. Algunos niños me gritan, diciendo cualquier cosa, aunque no enfadados. Pero en todos va apareciendo una sonrisa o unas risas. Y es matemático: siempre hay uno que llega hasta mí para abrazarse o para tirarse encima de mí si estoy sentado en el suelo. En ese momento se produce una avalancha de niños sobre mí que disfruto sin disimulo, y que me hace reír con más fuerza aún.

Este lenguaje, el de la risa, lo entiende cualquier niño. Y desde ese momento, haga lo que haga, yo ya soy uno más entre ellos. Me han aceptado como aceptan los niños cuando dan su confianza: sin reservas.

La vida es una grata sorpresa cuando nos salimos de los aburridos cánones prestablecidos del aburrido manual del “buen adulto responsable” El juego es el trabajo de los niños, como dice Montesori. Y me temo que jugar como niños será la tabla de salvación para nosotros, los adultos; para recuperar nuestra vida y para salvar este mundo.


Emilio Muñoz
Un ángel dormido...

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(original autentificado)



Longlost – dreaming
(por longlost)



5 de noviembre de 2024

EL LUGAR DESDE EL QUE MIRO Y VIVO LA VIDA…
(NIÑEZ, MADUREZ Y ESPERANZA)


“Cuando era niña, encontraba el encantamiento con
mucha facilidad, pero yo creía equivocadamente que
era insignificante, pueblerino, algo vergonzoso que debía
esconder en la carrera hacia la edad adulta.
Ahora me pregunto cómo volver a encontrarlo. (…)
Yo me esforzaba en reprimir todas esas cosas. Creía
que era lo que tenía que hacer para hacerme mayor”

Katherine May
(el subrayado es mío)

“La creencia según la cual las personas de más edad
saben más de la vida, porque supuestamente tienen
más experiencia, se nos inculca a tan temprana edad
que nos aferramos a ella pese a que la realidad
demuestra a menudo lo contrario”

Alice Miller (1923 - 2010)

“Tu tomas lo roto
y encuentras la belleza en todas las cosas.
(…)
Tu restauras todas las cosas”

Salt of the sound


Foto de Bermix Studio en Unsplash
Después de más de dos años pregonando en medio del escepticismo mi creencia de que el buen camino en la vida es recuperar el espíritu de la niñez (no la niñez, algo que es imposible, sino su espíritu), por fin estoy leyendo las palabras mágicas que esperaba, esas que vienen a confirmarme que estoy en el buen camino. Mi fe se ha basado, en parte, en la más elemental lógica; y en otra gran parte, en mi intuición. Ahora es una convicción compartida. Como se suele decir, al menos en España, “¡no quepo en mí de gozo!”

Y es que después de dos o tres años afirmando (y supongo que enfadando a muchas personas) que los adultos perdemos lo mejor de nosotros mismos cuando dejamos la infancia y la adolescencia (empobreciendo nuestra vida y afectando a nuestra salud emocional), y manteniendo que los adultos no enfocamos bien la educación de los niños, encuentro personas valientes que se han atrevido a decirlo desde la lógica del especialista o desde la intuición existencial del común de los mortales, algo igual de válido.

Aunque podría llenar páginas y páginas para desnudar la grave realidad que nos negamos a ver, solo añadiré unas pocas notas más que considero importantes, aclarando que mi propósito, al contrario de lo que pueda parecer, no es denostar al ser humano, sino aportar esperanza, algo de lo que estamos francamente necesitados. Sin olvidar que la esperanza solo puede renacer después de abrir los ojos e incorporar la realidad, bonita o fea, a nuestras vidas… ¡No hay otro camino!


Foto de JJ Jordan en Unsplash
A la manera de San Francisco con su cuerpo, yo desnudo mi alma para liberar a mi mente de una vida encadenada y sumisa a tanto convencionalismo tóxico, a tanta apariencia engañosa o a tantos propósitos que no aportan ni una sola buena emoción a la vida. Frente a tanto ciego infantilismo en los adultos, signo evidente de mediocridad, reivindico el sano espíritu de la niñez, que no es otra cosa que la verdadera madurez como bien afirma Alice Miller. Nacemos maduros y nosotros mismos desvirtuamos nuestro “buen hacer” al convertirnos en adultos.

Y, de paso, reivindico el amor infantil, tan sincero, entregado, generoso, inocente, ilusionado. Y reclamo el amor adolescente, tan inflamado, ciego, apasionado… Tan inocente e ilusionado como el amor infantil. Infinitamente más hermosos que cualquier amor de adulto, acogido ciegamente y acríticamente a los inútiles cánones de nuestra sociedad, supuestamente madura.

Le digo “¡basta!” a tanto estreñimiento mental y espiritual en nuestra sociedad, y a tanto autoengaño. ¡Basta! No somos conscientes del daño que sufrimos nosotros mismos en la infancia, en nuestro bienestar emocional, con el escepticismo y el pragmatismo en el que socialmente se nos sumergía. Ni somos conscientes del daño que causa en nuestros jóvenes esa misma mentalidad que transmitimos mecánicamente nosotros mismos, agravada ahora al haber ido añadiendo un consumismo compulsivo en el que nos refugiamos y que nos sirve como un remedio y desahogo a la pobreza espiritual y emocional en la que vivimos. Por no hablar de la insensata indiferencia al deterioro de nuestro planeta, al creciente deterioro de nuestra salud mental, y a la aceptación de la violencia como un componente más de nuestra vida. Nada de eso mejora la calidad emocional y espiritual de nuestra vida; al contrario, es la causa de un mayor estrés.

Foto de Anton Sobotyak en Unsplash
Al igual que Katherine May, ahora busco la manera de recuperar el encantamiento de la niñez y la adolescencia. Es un esfuerzo por encontrarme a mí mismo (o por no perderme). Es la clave para vivir ilusionado con el ser que soy y con mi vida.

Y aunque no acepte el mundo tan extraviado como está, yo no voy a renunciar a la alegría de vivir toda la belleza que hay a mi alrededor (que la hay, pero que no sabemos aprovecharla a fondo), y de vivirme tal y como soy… tal y como nací.

¡Vida, libérame de tanto convencionalismo absurdo y acógeme desnudo e inocente, como vine al mundo!


Emilio Muñoz
Un ángel dormido...

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Salt of the sound & Simon Wester – Restore
(por Salt of the Sound)



29 de septiembre de 2024

LA SABIDURÍA DEL NIÑO: EL ARTE DE SER UNO MISMO, Y SER FELIZ


“Estas palabras (…) me confirman que, en las cuestiones esenciales,
nadie enseña a nadie; que la tarea filosófica consiste solo en dar
a luz lo que todos ya sabemos en el fondo de nosotros mismos;
que el saber filosófico ―en expresión de Sócrates―
no es más que recordar”

Mónica Cavallé (1967 - …)


Foto de MI PHAM en Unsplash
Los niños no han aprendido a ser felices y, sin embargo, lo son si se les deja ser lo que realmente son: niños.

Creo firmemente que no podemos acercarnos a la felicidad (a esa plenitud de vivir) si no cultivamos eso que Mónica Cavallé llama “el arte de ser uno mismo”, algo que, como dice esta filósofa parafraseando a Sócrates, no necesitamos aprender, sino recordar… Yo concretaría diciendo que necesitamos redescubrirlo.

Y lo necesitamos redescubrir porque en ese, habitualmente erróneo, viaje a la edad adulta nos olvidamos de lo esencial, de lo que da sentido a toda una vida, de lo que nos puede hacer vibrar de felicidad. ¿Qué es?

No es lo mismo ser adultos que ser niños, es cierto. Pero cada día estoy más convencido de que la edad adulta no debería implicar un abandono de aquello que somos en la niñez, sino que lo debería incluir, integrar y enriquecer. No deberíamos sustituir unos rasgos por otros, sino que deberíamos ampliarlos. A eso sí que lo podríamos llamar “crecimiento personal” o “proceso de maduración”: crecer desde lo que éramos al nacer. Pero para eso deberíamos educar evitando destruir los rasgos más bellos del niño, aquellos que realmente definen lo mejor de nuestra humanidad. Y hacer que tengan una infancia feliz: protección, cuidados y toneladas de amor.

Tal y como lo expongo, recuperar el espíritu de la niñez ese incierto y difícil viaje en el que yo me embarqué hace ya un par de años es, en realidad, un viaje a esa auténtica felicidad. No la felicidad de tener, sino la felicidad de ser… de ser lo que uno verdaderamente es desde que nació, o desde antes de nacer. Y es la felicidad de poder expresar, y expresar, lo que realmente le ilusiona y le emociona a uno mismo.

Con tan solo expresar estas creencias me invade una inmensa sensación de paz y confianza. Algo en mí interior me dice que ese camino, el de regreso para recordar y recuperar lo que al nacer fui, es el buen camino…


Emilio Muñoz
Un ángel dormido...

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Christopher Galovan - Family time...
(por Christopher Galovan)



DESPERTAR AL NIÑO DORMIDO <br />(Hacer también de la vida un dulce discurrir…)

“Cuando llegamos a nuestra habitación me senté en la cama de Ruth, cerca de la ventana ―el sol había caldeado un poco la manta― y ella se...